El estafiate ha sido fundamental en la medicina indígena de México desde hace mucho tiempo, valorado para tratar afecciones digestivas y respiratorias, además de desempeñar un papel clave en ceremonias y en la cosmología. Documentado en códices antiguos y aún ampliamente utilizado en la actualidad, el estafiate refleja la resiliencia del conocimiento indígena y su constante diálogo con la ciencia moderna.
El legado vivo de la medicina tradicional
La medicina tradicional desempeña un papel central en la vida indígena, basada en el conocimiento ancestral y una profunda conexión con la tierra y el espíritu. Durante generaciones, la Artemisia ludoviciana (conocida como estafiate) se ha utilizado para tratar enfermedades y promover el equilibrio, reflejando una visión mesoamericana de la salud que integra lo físico y lo espiritual. Su importancia incesante en la vida de los pueblos indígenas deja en claro la resiliencia de los sistemas de conocimiento indígenas y su relevancia tanto en contextos culturales como clínicos.
Artemisia ludoviciana (Estafiate) en Medicina Indígena y Moderna
La Artemisia ludoviciana, comúnmente conocida como artemisa blanca o estafiate, tiene importancia en las tradiciones culturales, medicinales y espirituales de Norteamérica, particularmente en México. Su uso tanto en la medicina tradicional como en la práctica espiritual refleja su importancia en múltiples aspectos de la vida indígena. Se ha utilizado para tratar enfermedades comunes, como problemas digestivos y respiratorios, y también desempeña un papel clave en las tradiciones ceremoniales y cosmológicas.
Su uso continuo en la vida cotidiana revela la resiliencia de los sistemas de conocimiento indígenas y sus constantes contribuciones tanto a la medicina tradicional como a la atención médica contemporánea. Este artículo explora las características botánicas de la planta, sus usos culturales y medicinales, y cómo su papel actual continúa conectando las tradiciones ancestrales con las prácticas médicas modernas.
Perfil botánico y usos tradicionales de la Artemisia ludoviciana
La Artemisia ludoviciana, comúnmente conocida como artemisa blanca, estafiate en español, iztauhyatlen náhuatl, quite-tes/guietee en zapoteco, y mexmitzi en otomí, es una planta herbácea perenne que se distingue por su follaje aromático y gris (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad [CONABIO], n.d.; Palacios-Espinosa et al., 2021). Esta especie suele alcanzar una altura y extensión de 60 a 90 cm (2 a 3 pies), con tallos con hojas lanceoladas de 5 a 10 cm (2 a 4 pulgadas) de largo. Geográficamente, la A. ludoviciana es originaria de Norteamérica y prospera en diversos hábitats, desde Canadá hasta el sur de México y Guatemala. Se adapta bien a condiciones secas y prospera en praderas rocosas, laderas abiertas con bosques y suelos áridos con sustratos arenosos o rocosos bien drenados, hasta altitudes de aproximadamente 3200 metros (10 500 pies) (CONABIO, s.f.).
El uso de esta planta ha sido prominente en México desde antes de la colonización, al igual que el de muchos otros miembros de la familia Asteraceae. La documentación temprana de sus aplicaciones aparece en los códices Cruz-Badiano y Florentino, dos manuscritos fundamentales de la época colonial del siglo XVI (Cilia-López et al., 2021; Anaya-Eugenio et al., 2016). Históricamente, el estafiate se ha utilizado para tratar afecciones gastrointestinales (p. ej., molestias gástricas, diarrea, gastritis, dolor intestinal, parásitos, vómito, falta de apetito), afecciones respiratorias (p. ej., resfriados, bronquitis) e inflamación. Las infusiones y decocciones se utilizan para tratamientos internos, mientras que los extractos alcohólicos se aplican tópicamente para tratar dolor e inflamación. La inhalación de la hierba mediante vapor alivia afecciones respiratorias y de garganta. En la práctica médica actual, los profesionales de la salud en México lo prescriben para dolores de estómago, colitis y cólicos menstruales.
Las propiedades farmacológicas de la A. ludoviciana se han estudiado exhaustivamente, lo que refuerza sus usos tradicionales y los Sistemas de Conocimiento Indígena (SCI). Sus partes aéreas contienen más de 70 compuestos bioactivos, entre ellos alcanfor, limoneno, estafiatina, ludovicina y flavonoides como la eupatilina y la jaceosidina. Estos compuestos presentan propiedades antibacterianas, antiprotozoarias, antidiarreicas y vasorrelajantes. Se ha demostrado que la planta reduce el dolor, la inflamación y la sensibilidad, y también puede reducir los niveles de azúcar en sangre (Palacios-Espinosa et al., 2021).
Sistemas de conocimiento indígena y el legado medicinal del estafiate
El Códice Cruz-Badiano proporciona una de las primeras referencias registradas a la A. ludoviciana. En este manuscrito, Martín de la Cruz describe la planta como remedio para dolencias como dolor de manos, dolor anal, lesiones en los pies, calor excesivo e incluso impactos de rayos eléctricos. De igual manera,en el Códice florentino se detalla su uso para tratar el acné, la piel áspera, la tos y dolores generales. La continua popularidad y el amplio debate en torno al estafiate desde la época anterior a la invasión resaltan su perdurable importancia medicinal y cultural, así como su actual demanda comercial en México por sus aceites y partes aéreas (Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM], s.f.; Anaya-Eugenio et al., 2016).
Más allá de sus aplicaciones medicinales, la A. ludoviciana tiene un profundo significado espiritual y ritual entre las comunidades indígenas, en particular los mexicas/nahuas. La etimología de iztauhyatl sugiere significados como “agua de la deidad de la sal” o “agua salada y amarga”, lo que vincula la planta con prácticas cosmológicas y rituales. Durante los festivales que honran a las deidades del agua en el mes de Etzalqualiztli, y la diosa de la sal en Tecuilhuitontli, los participantes llevaban guirnaldas de la hierba, lo que enfatiza su importancia simbólica. Informes españoles de la época colonial, como los de Las Relaciones Geográficas del Siglo XVI, categorizan al estafiate como una planta “caliente” utilizada por los nahuas para tratar atonahuiztle (fiebres del agua), caracterizada por escalofríos en lugar de las “fiebres calientes” (tetl totonqui). Esta clasificación se alinea con la comprensión mesoamericana de la salud como un equilibrio interno de cualidades “calientes” y “frías”, centrales en su cosmovisión.
Su conexión con Tláloc, el dios mesoamericano de la lluvia y el agua, subraya aún más la importancia de la planta. El dominio de Tláloc sobre el agua y las energías refrescantes, incluyendo enfermedades como atonahuiztle, paraleliza la clasificación de la A. ludoviciana como remedio «caliente» para dolencias «frías». Esta doble función refuerza la comprensión cosmológica de la salud como armonía entre fuerzas opuestas (Pinzón y Ortega, 2024).
En este marco, el cuerpo humano se conceptualiza como un microcosmos de la cosmovisión mesoamericana más amplia, donde los desequilibrios entre fuerzas complementarias, como el calor y el frío, se manifiestan como enfermedades. Esta comprensión holística ha persistido hasta la época posconquista y encuentra validación en la investigación farmacológica, que demuestra los efectos termorreguladores de tratamientos herbales, como el estafiate, para restablecer el equilibrio fisiológico en afecciones como la fiebre y la inflamación (Geck et al., 2017).
“La Artemisia ludoviciana ofrece un ejemplo convincente de cómo el conocimiento tradicional y la ciencia moderna pueden nutrirse mutuamente”.
Investigación contemporánea y aplicaciones etnobotánicas de la A. ludoviciana
Investigaciones etnobotánicas recientes continúan destacando el legado del estafiate como una planta medicinal versátil en México. Por ejemplo, un estudio de 2020 realizado en el municipio de Güémez, Tamaulipas, identificó al estafiate como un tratamiento común para trastornos gastrointestinales como dolor de estómago y diarrea (Jasso-Gándara et al., 2020). De igual manera, un estudio de 2023 en Dolores Hidalgo, Guanajuato, identificó la A. ludoviciana como una planta medicinal importante, ampliamente utilizada para aliviar dolores de estómago y gastritis. En estas comunidades rurales, donde el acceso a la atención médica formal suele ser limitado, la medicina tradicional se combina frecuentemente con enfoques modernos, como el uso de estafiate junto con oxitetraciclina para el tratamiento de la gastritis. Este ejemplo ilustra la interacción entre el conocimiento indígena y la medicina moderna, destacando cómo las prácticas de salud tradicionales y contemporáneas continúan coexistiendo (Medrano-Guerrero et al., 2023). Se necesita más investigación sobre esta integración para comprender mejor sus efectos combinados e informar el desarrollo de estrategias de atención médica más inclusivas, especialmente en comunidades marginadas.
Conectando la medicina tradicional y la ciencia a través del estafiate
La Artemisia ludoviciana ofrece un ejemplo convincente de cómo el conocimiento tradicional y la ciencia moderna pueden enriquecerse mutuamente, demostrando la continua importancia de las prácticas medicinales indígenas. Con raíz en las tradiciones mesoamericanas anteriores a la invasión y aún ampliamente utilizado tanto en la atención médica rural como en estudios clínicos, el estafiate continúa desempeñando un papel fundamental en el apoyo a la salud y el bienestar. Dada su importancia como medicina tradicional y su profundo significado cultural, el estafiate destaca la importancia de preservar las tradiciones etnobotánicas, a la vez que fomenta el diálogo entre la medicina tradicional y la moderna. Salvaguardar e integrar este conocimiento no solo honra el patrimonio cultural, sino que también apoya el desarrollo de enfoques de atención médica más inclusivos, que valoren las fortalezas tanto del conocimiento indígena como de la investigación científica para promover el equilibrio y el bienestar en comunidades diversas.
Referencias
Anaya-Eugenio GD, Rivero-Cruz I, Bye R, Linares E, Mata R. 2016. Antinociceptive activity of the essential oil from Artemisia ludoviciana. Journal of Ethnopharmacology 179: 403-411. DOI: https://doi.org/10.1016/j. jep.2016.01.008
Cilia-López, V. G., Cariño-Cortés, R., & Zurita-Salinas, L. R. (2021). Ethnopharmacology of the Asteraceae family in Mexico. Botanical Sciences, 99(3), 455-486.
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). (n.d.).Artemisia ludoviciana. In Malezas de México. Retrieved January 6, 2025, from http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/asteraceae/artemisia-ludoviciana/fichas/ficha.htm
Geck, M. S., Cabras, S., Casu, L., García, A. J. R., & Leonti, M. (2017). The taste of heat: how humoral qualities act as a cultural filter for chemosensory properties guiding herbal medicine. Journal of Ethnopharmacology, 198, 499-515.
Jasso-Gandara, S. N., Estrada-Castillon, E., Encina-Dominguez, J. A., Villarreal-Quintanilla, J.
A., & Sierra, J. R. A. (2020). Plants used as medicinal in Güémez, Tamaulipas, north-eastern Mexico. Notulae Botanicae Horti Agrobotanici Cluj-Napoca, 48(3), 1130-1140.
Medrano-Guerrero, A., Carranza, E., Juárez-Vázquez, M. D. C., Solano, E., Joel Ruiz-Padilla,
A., Ruiz-Noa, Y., … & Josabad Alonso-Castro, A. (2023). Medicinal plants used in rural communities from the municipality of Dolores Hidalgo, Guanajuato, Mexico. Boletín Latinoamericano y del Caribe de Plantas Medicinales y Aromáticas, 22(4).
Palacios-Espinosa, J. F., Núñez-Aragón, P. N., Gomez-Chang, E., Linares, E., Bye, R., & Romero, I. (2021). Anti-Helicobacter pylori activity of Artemisia ludoviciana subsp. mexicana and two of its bioactive components, Estafiatin and Eupatilin. Molecules, 26(12), 3654.
Pinzón, S. M., & Ortega, G. P. (2024). Calentura: Herbolaria y procedimientos de la medicina tradicional en México. Etnobiología, 22(2), 63-92.
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). (n.d.). Artemisia ludoviciana. In Atlas de las plantas de la medicina tradicional mexicana. Retrieved January 6, 2025, from http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/apmtm/termino.php?l=3&t=artemisia-ludoviciana
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